martes, 22 de abril de 2014

ARCANGEL SAN LEUTIKYEL, EL ANGEL DEL HUERTO DE LOS OLIVOS



El auxiliador más grande en los momentos de desconfianza y de desesperación en la tentación de suicidarse, en la pérdida de toda esperanza de un drogado o de un alcoholizado o de una persona que está por llegar a ser madre, es San Leutikyel, el Ángel del Huerto de los Olivos...

``¡Oh San Leutikyel, poderoso Ángel del Monte de los Olivos que has consolado a Cristo en sus espantosos dolores y sufrimientos en el Huerto de los Olivos, ven a estar cerca de mí, dirígeme, ponme y consérvame de pie y ayúdame en esta grave y desesperada situación! ¡Aleja la tentación y el suicidio de tantos desesperados y libera a todas las víctimas de la droga para que robustecidos por tu ayuda, abracen con renovado valor la cruz que Dios les ha impuesto! Amén´´.


El Ángel Leutikyel viste hábito sacerdotal, una estola cruzada y sobre el hábito la imagen de los colores del Huerto de los Olivos y el Cáliz con la Sagrada Hostia. Es el ángel particular de los desesperados, de los desalentados, de los que estan verdaderamente postrados, de los extenuados y de los sin fuerzas, de aquellos que estan tentados al suicidio, el ángel de aquellos que no resisten ya y quieren acabar con la vida. Él puede y es capaz de ayudar, de detener a éstos en el último momento. Si se lo invoca por lo menos una vez al año, él puede impedir el suicidio, mientras que la misma persona que no lo suplica o no lo invoca corre el riesgo de suicidarse. Pero si un desesperado que piensa en el suicidio lo invoca por lo menos una vez o dos en un año, a éste santo arcángel Leutikyel: ``Oh santo Leutikyel, ayúdame, consuélame, socórreme!

Nosotros los demonios ya no tenemos el poder  de llevar a este hombre al suicidio. Entonces el arcángel San Leutikyel apoya su mano sobre esta persona durante todo el año. Nosotros no lo podemos ya arrastrar al suicidio! El ángel tiene un enorme poder sobre esta persona durante todo el año. Nosotros no lo podemos ya arrastrar al suicidio! El ángel tiene un enorme poder y una gran fuerza! Por lo tanto, no es justo y no es lo mismo invocar o no a este gran ángel!
Junto con San Leutikyel esta también San Orphar, aquel que, por asi decir, pone su oído en el suelo para escuchar las influencias maléficas y alejarlas!

Del libro: Los Santos Ángeles: Nuestros poderosos Defensores y su tarea sublime al servicio de la Creación


MENSAJE DE SAN MIGUEL ARCANGEL PARA ESTOS INSTANTES QUE ESTAMOS VIVIENDO






¡HERMANOS, LOS ATAQUES DE MI ADVERSARIO CADA DÍA SON MÁS FUERTES, NO HAY HIJO DE DIOS EN ESTE TIEMPO QUE NO ESTÉ SIENDO ATACADO!
 
ABRIL 20 DE 2014 – 1:10 P.M.
LLAMADO URGENTE DE SAN MIGUEL AL PUEBLO DE DIOS

Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios, Aleluya, Aleluya, Aleluya.
 
Que la paz del Altísimo esté con vosotros, heredad de mi Padre.
Muy pronto volverán a sonar las trompetas anunciando el comienzo de la gran tribulación; su sonido lastimero se escuchará en los cuatro puntos cardinales de la creación. Por siete días y sus noches, escucharéis las trompetas celestiales; no entréis en pánico, orar es lo mejor que podeis hacer; bien sabéis que todo esto tiene que suceder como está escrito. Preparaos pues pueblo de Dios para la llegada de todos los acontecimientos.

Hermanos, estáis llegando al límite del tiempo, falta muy poco para que se desencadenen las tribulaciones que darán comienzo a vuestra purificación. Os digo hermanos, que estáis siendo invadidos por ángeles caídos, ya se encuentran en medio de vosotros los seres del inframundo que llamáis Extraterrestres. Estas entidades malignas vienen de las profundidades del averno a unirse con las huestes del mal aquí en la tierra para dar comienzo al gran Armagedón.
Hay muchas clases de ángeles caídos, pero los que se encuentran en medio de vosotros son: los reptilianos y los annunakis, que fueron también los que invadieron la tierra en los tiempos de las civilizaciones sumeria y egipcia. Estas entidades malignas buscan tomar forma humana apoderándose de los cuerpos de aquellos que viven en la oscuridad y el pecado. Su campo de acción es la media noche donde vagan en busca de almas para hacerlas perder.
Hermanos, de nuevo os recuerdo lo que os ha dicho nuestra Señora y Reina: No permanezcáis en la calle hasta altas horas de la noche y menos salgáis sin vuestra Armadura Espiritual puesta, porque corréis el riesgo de ser poseídos por estos ángeles caídos. Llevad siempre puesta vuestra protección espiritual en el cuerpo y en el alma. Haced bendecir y exorcizar si os es posible, rosarios, medallas con la imagen de Nuestra Señora, el Patriarca José, el hermano Benito e imágenes que me representen a Mí. Llevad esta protección con vosotros para que podáis enfrentar estas entidades malignas.
No olvidéis llevar siempre un Crucifijo con vosotros debidamente bendecido y exorcizado por uno de los predilectos de mi Padre. El poder de Jesús Crucificado es terror para los demonios, porque saben que su Sangre vertida los volverá a derrotar en este final de tiempo. Hermanos, los ataques de mi adversario cada día son más fuertes, no hay hijo de Dios en este tiempo que o esté siendo atacado. Vuestra integridad física, psíquica, biológica y espiritual está siendo atacada, lo mismo que vuestra economía. Los ataques más fuertes están dirigidos a vuestra mente y a vuestra parte espiritual. Haced buenas confesiones de vida hermanos, para que queden cerradas vuestras puertas abiertas del alma y así mi adversario no pueda mortificaros y haceros caer con faltas del pasado no confesadas.

Tened sacramentales en vuestros hogares debidamente bendecidos y exorcizados, porque los vais a necesitar para alejar estas entidades malignas que buscarán contaminar el aire y robaros la paz de vuestros hogares. Acatad pues hermanos estas instrucciones que os doy por la gracia de mi Padre, para que podáis sobrellevar los días de purificación que están comenzando. Sed muy prudentes y no descubráis vuestro corazón a cualquiera para que no os llevéis sorpresas desagradables.

Vuestro Hermano y Servidor, Miguel Arcángel.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.