lunes, 29 de junio de 2015

NUESTRO COMPAÑERO DE RUTA, SAN MIGUEL ARCANGEL, NOS GUIA Y NOS INSTRUYE...





¡EJÉRCITO MILITANTE, SOLO LA ORACIÓN EN CADENA DERRUMBA LAS FORTALEZAS DEL ENEMIGO! 

Junio 26 de 2015 – 8:13 a.m. 
LLAMADO URGENTE DE SAN MIGUEL AL EJÉRCITO MILITANTE 

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra, paz a los hombres de buena voluntad. 
Alabad al Altísimo porque eterna es su misericordia. Aleluya, Aleluya, Aleluya. 
Simiente de mi Padre, estamos librando fuertes batallas espirituales en vuestro mundo; las fuerzas del mal han tomado poder por el pecado de esta humanidad ingrata que se niega a aceptar a Dios y cumplir sus preceptos. En muchas naciones las fuerzas del mal han formado fortalezas. 

Naciones enteras hoy le sirven al príncipe de las tinieblas y muchas han sido consagradas a él. Mi Padre nos ha dado la orden en Divina Voluntad de rescatar de las fuerzas del mal aquellas naciones que no han sido consagradas, pero que sus habitantes por su pecado y maldad han permitido que los demonios tomen posesión de ellas. Las naciones consagradas al príncipe de este mundo, mi Padre las borrará de la faz de la tierra y no volverán a ser recordadas. 

Orad Pueblo de Dios por vuestras naciones; haced mi Exorcismo dictado por mi Padre a su Siervo León XIII, para que se me conceda a Mí y a los Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial, combatir junto con vosotros y liberar vuestras naciones del poder de las tinieblas que hoy tienen sometidas a muchas de ellas; acordaos que vosotros Pueblo de Dios, hacéis parte del Ejército Militante. Por lo tanto, Yo Miguel, Príncipe de los Ejércitos Celestiales, os exhorto a que os unáis en oración a los Ejércitos de mi Padre para que juntos y por la gracia de Dios, expulsemos a satanás y sus demonios que vagan por este mundo para la perdición de las almas. 

Ejército Militante, no seáis actores pasivos; acordaos que estáis ya en días de batalla espiritual; orad, ayunad y haced penitencia. Atad y encadenad las fuerzas del mal y ordenad en el Nombre de Jesús, que salgan de vosotros y de vuestras naciones. Haced mi Exorcismo en cadena por vuestras naciones, ciudades y lugares, pidiéndole primero permiso a mi Padre con la oración del Padrenuestro, para que nos permita asistiros y venir en vuestra ayuda. 
¡El tiempo de vuestra liberación ya comenzó, despertad Ejército Militante!.

Formad fortines de oración; colocaos la Armadura Espiritual y reprended sin temor las fuerzas del mal y os aseguro que satanás y sus demonios huirán despavoridos. Vosotros sois Hijos de Dios y bien sabéis que el cielo os asiste en todas vuestras batallas espirituales y no os deja solos, si vosotros contáis con su asistencia. 

¡Ejército Militante, sólo la oración en cadena derrumba las fortalezas del enemigo!. Uníos en cadena con el rezo del Santo Rosario a nuestra Señora y Reina y ella, nuestra Capitana, os irá guiando en el combate espiritual de cada día. Los misterios dolorosos del Santo Rosario junto con el Rosario de la Preciosísima Sangre y Llagas de nuestro Amado Hermano Jesús, es poderosa armadura para derrumbar fortalezas espirituales malignas. Hacedlos por vuestras naciones y hacedlo a nivel mundial para que veáis rodar por el suelo al ejército del mal. 

Ejército Militante, no os relajéis con la oración; ejerced dominio espiritual, porque bien sabéis que la victoria es de los Hijos de Dios. Llamadme cuantas veces me necesitéis y Yo, vuestro Príncipe, vendré con los Ejércitos de mi Padre a daros toda la asistencia que necesitéis. Ya sabéis cómo me llamáis, con mi grito de combate: Quién como Dios. Nadie como Dios. 3 veces Consagraos a los Dos Corazones de Jesús y María y consagraos a Mí y a los Ejércitos Celestiales, para que seáis verdaderos guerreros espirituales. Que la paz del Altísimo os acompañe. 

Vuestros servidores y hermanos. Miguel Arcángel y los Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial. 
Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios. 
Dad a conocer nuestros mensajes, hombres de buena voluntad.




jueves, 25 de junio de 2015

TRISAGIO DE LOS ANGELES A LA SANTISIMA TRINIDAD







TRISAGIO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD 

Ofrecimiento del Trisagio 

Te rogamos, Señor, por el estado de la Santa Iglesia y Prelados de ella; por la exaltación de la fe católica, extirpación de todas las herejías; paz y concordia entre los príncipes cristianos; conversión de todos los infieles, herejes y pecadores; por los caminantes, agonizantes; por las benditas almas del Purgatorio y demás piadosos fines de nuestra Santa Madre la Iglesia. Amén. 

V. Bendita y alabada sea la santa e individua Trinidad, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. R. Amén. 
V. Señor, abre mis labios, 
R. y mi boca proclamará tu alabanza. 
V. Dios mío, ven en mi auxilio. 
R. Señor, date prisa en socorrerme. 
V. Gloria al Padre, Gloria al Eterno Hijo, Gloria al Espíritu Santo. 
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. 
Amén. Aleluya.

En Cuaresma se dice: 

V. Alabanza sea dada a Ti, Señor, 
R. Rey de la eterna gloria. 



Acto de Contrición y Ofrecimiento 

Amorosísimo Dios Uno y Trino, en Quien creo, en Quien espero, a Quien adoro en Tres Personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Yo me alegro y me regocijo de que seas Dios, y el único Señor, tan Sabio, Justo, Santo y Poderoso, que de la nada lo haces todo: lo que vive, se mueve y es lo que tiene que ser. Yo te ofrezco lo que me diste, entregándote como a mi dueño legítimo y único Señor, mi vida, mi salud, mis fuerzas y sentidos, mi cuerpo de tierra, mi inestable corazón, y mi alma que creaste a tu imagen y semejanza; imagen que con mis culpas he borrado, cambiándola por los horribles monstruos de mis viles apetitos, que ha deformado el mundo mentiroso, con mi carne tan viciada, volviéndome así esclavo del demonio e imagen suya por el pecado. 


Pero sabiendo Señor, y confesando que Tú eres el único y verdadero Dios a Quien se debe todo respeto, toda sumisión, obediencia, honra, gloria y todo amor, me vuelvo y me entrego a Ti y con la mayor confianza me ofrezco a tu soberana justicia, por la que te pido perdón y misericordia, porque de todo corazón detesto, aborrezco y rechazo todo aquello con que Te he ofendido hasta ahora, desde que perdí la gracia que Te dignaste darme en el sacramento del Bautismo por el que Te doy, y siempre quiero darte, las debidas gracias, apreciando sobre todo el inmerecido honor de ser cristiano. Y como tal, dejando a Satanás, renuncio a sus engaños, sus vanidades, sus pompas y sus obras. Me esforzaré para que todos Te conozcan, Te amen y Te sirvan, y para que sea destruido y aniquilado cuanto disgusta y ofende a tu infinita santidad. También prometo amarte, bendecirte, alabarte y adorarte mientras viva, esperando poder hacer esto en compañía de tus bienaventurados en el Cielo por toda la eternidad. Amén.


Himno 

 Ya el sol ardiente se aparta, y así, ¡oh luz perenne!, unida, infunde un amor constante a nuestras almas rendidas. 
 En la aurora te alabamos, y también al mediodía, y pedimos que te hagamos en el Cielo compañía. Al Padre, al Hijo y a Ti, oh Espíritu de vida, ahora y siempre sean dadas alabanzas infinitas. Amén 



ORACIÓN A DIOS PADRE 

 También a nosotros, ¡oh Señor!, nos has llamado a la existencia y nos has puesto entre Ti y las cosas. Según tu modelo nos has creado y nos has dado parte en tu soberanía. Tú has puesto en nuestras manos tu mundo, para que nos sirva y para que completemos en él tu obra. Pero hemos de estarte sometidos, y nuestro dominio se convierte en rebelión y robo si no nos inclinamos ante Ti, el único que lleva la corona eterna y eres Señor por derecho propio.
Maravillosa, ¡Oh Dios!, es tu generosidad. Tú no has temido por tu soberanía al crear seres con poder sobre ellos mismos y al confiar tu voluntad a su libertad. ¡Grande y verdadero Rey eres Tú! Tú has puesto en mis manos el honor de tu voluntad. Cada palabra de tu revelación dice que me respetas y te confías a mí, me das dignidad y responsabilidad. Concédeme la santa mayoría de edad, que es capaz de aceptar la ley que Tú guardas y de asumir la responsabilidad que Tú me transfieres. Ten despierto mi corazón para que esté ante Ti en todo momento, y haz que mi actuación se convierta en ese dominio y esa obediencia a que Tú me has llamado. ¡Oh, Padre Eterno!, fuera de cuya posesión, yo no veo otra cosa que tristeza y tormento, por más que me digan los amadores de la vanidad. ¿Qué me importa que diga el sensual que su dicha es el gozar de sus placeres? ¿Qué me importa que también diga el ambicioso que su mayor contento es el gozar de su gloria vana? Yo, por mi parte, no cesaré jamás de repetir, con tus Profetas y Apóstoles, que mi suma felicidad, mi tesoro y mi gloria es el unirme a mi Dios y mantenerme inviolablemente junto a Él. Amén


Con el Coro Celestial de los Serafines: 
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. 

Con el Coro Celestial de los Querubines: 
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. 

Con el Coro Celestial de los Tronos:
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. 


ORACIÓN A DIOS HIJO 

 ¡Oh Verdad Eterna!, fuera de la cual yo no veo otra cosa que engaños y mentiras: ¡Oh, cómo me parecen mentirosos y falaces los discursos de los hombres, en comparación de las palabras de vida con las cuales Tú hablas al corazón de aquellos que Te escuchan! ¡Ah! ¿Cuándo será la hora en que Tú me tratarás sin enigma y me hablarás claramente en el seno de Tu gloria? ¡Oh qué trato! ¡Qué belleza! ¡Qué luz! ¡Tú eres Señor, mi descanso, mi felicidad, mi acción de gracias, mi correspondencia y mi único amor! Yo no tengo virtudes, pero Tú las tienes todas y eres mío, divino y humano. Contigo tengo para pagar mis deudas, para desagraviar a la Divinidad ofendida con mis pecados, para purificarme e irme al cielo. ¡Oh Verbo Divino de mi vida, de mi existencia, de todo mi ser; que me absorbes, que me sumerges dentro de Ti! Yo no tengo más amor que Tú, mi Sumo Bien, mi vida, mi cielo, mi querer. Y todos los otros amores, grandes en los límites de la criatura, puros y legítimos en su procedencia, santos y divinizados con tu contacto, a Ti también te pertenecen. Amén. 

Con el Coro Celestial de las Dominaciones: 
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. 

Con el Coro Celestial de las Virtudes: 
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. 

Con el Coro Celestial de las Potestades: 
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.


ORACIÓN A DIOS ESPÍRITU SANTO 

 ¡Oh Amor! ¡Oh Don del Altísimo, centro de las dulzuras y de la felicidad del mismo Dios! ¡Qué atractivo para un alma el verse en el abismo de Tu bondad y toda llena de Tus inefables consolaciones! ¡Ah placeres engañadores! ¿Cómo han de poder compararse con la mínima de las dulzuras que un Dios, cuando le parece, sabe derramar en un alma fiel? ¡Oh! Si una sola partícula de ellas es tan gustosa, ¿cuánto más será cuando Tú la derrames como un torrente sin medida y sin reserva? ¿Cuándo será esto, ¡oh mi Dios!, cuándo será? 


Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. 
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; 
luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo. 
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, 
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, 
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. 
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. 
Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro; 
mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. 
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, 
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, 
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. 
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. 
Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; 
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. 
Amén.


Con el Coro Celestial de los Principados: 
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. 

Con el Coro Celestial de los Arcángeles: 
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. 

Con el Coro Celestial de los Ángeles: 
Padrenuestro y 3 veces: 
R. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están el cielo y la tierra de Tu gloria. 
V. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. 

Antífona 

 A Ti, Dios Padre Ingénito; a Ti, Hijo Unigénito; a Ti, Espíritu Santo Paráclito, Santa e Individua Trinidad, de todo corazón Te confesamos, alabamos y bendecimos. A Ti se dé la gloria, por los siglos de los siglos. Amén. 
V. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. 
R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos. 



Oración: 

 Señor Dios, Uno y Trino; danos continuamente Tu gracia, Tu caridad y la comunicación de Ti, para que en el tiempo y en la eternidad Te amemos y glorifiquemos. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, en una Deidad, por todos los siglos de los siglos. Amén. 

Deprecación Devota a la Beatísima Trinidad 


 A las siguientes invocaciones respondemos: Toda criatura te ame y glorifique. 

Padre Eterno, omnipotente Dios, R/. 
Verbo Divino, inmenso Dios, R/. 
Espíritu Santo, infinito Dios, R/. 
Santísima Trinidad y un solo Dios verdadero, R/. 
Rey de los cielos, inmortal e invisible, R/. 
Creador, conservador y gobernador de todo lo creado, R/. 
Vida nuestra, en quien, de quien y por quien vivimos, R/. 
Vida divina y una en tres personas, R/. Cielo divino de celsitud majestuosa, R/. 
Cielo supremo del Cielo, oculto a los hombres, R/. 
Sol divino e increado, R/. 
Círculo perfectísimo de capacidad infinita, R/. 
Manjar divino de los Ángeles, R/. 
Hermoso iris, arco de excelencia, R/. 
Luz primera y triduana, que al mundo ilustras, R/. 


A las siguientes invocaciones respondemos: Líbranos, Trino Señor.

De todo mal de alma y cuerpo, R/. 
De todos los pecados y ocasión de culpa, R/. 
De tu ira y enojo, R/. 
De repentina y de improvisa muerte, R/. 
De las acechanzas y cercanías del demonio, R/. 
Del espíritu de deshonestidad y de sugestión, R/. 
De la concupiscencia de la carne, R/. 
De toda ira, odio y mala voluntad, R/. 
De plagas de peste, hambre, guerra y terremoto, R/. 
De tempestades en el mar o en la tierra, R/. 
De los enemigos de le Fe Católica, R/. 
De nuestros enemigos y sus maquinaciones, R/. 
De la muerte eterna, R/. 
Por Tu unidad en Trinidad y Trinidad en unidad, R/. 
Por la igualdad esencial de Tus Personas, R/. 
Por la alteza del misterio de Tu Trinidad, R/. 
Por el inefable nombre de Tu Trinidad, R/. 
Por lo portentoso de tu nombre, Uno y Trino, R/. 
Por lo mucho que Te agradan las almas que son devotas de Tu Santísima Trinidad, R/. 
Por el gran amor con que libras de males a los pueblos donde hay algún devoto de Tu Trinidad amable, R/.
 Por tus santas inspiraciones por las que los devotos de Tu Santísima Trinidad reconocen los demonios contra si, R/.

En cada petición respondemos: Te rogamos, óyenos. 

Que acertemos a resistir al demonio con las armas de la devoción a Tu Trinidad, R/. 
Que hermosees cada día con los coloridos de Tu gracia, Tu imagen que está en nuestras almas, R/. Que todos los fieles se esmeren en ser muy devotos de Tu Santísima Trinidad, R/. 
Que todos consigamos las muchas felicidades que están vinculadas para los devotos de esa Tu Trinidad inefable, R/. 
Que al confesar nosotros el misterio de Tu Trinidad se destruyan los errores de los infieles, R/. 
Que todas las almas del Purgatorio gocen mucho refrigerio en virtud del misterio de Tu Trinidad, R/. Que Te dignes oírnos por Tu piedad, R/. 

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, líbranos, Señor, de todo mal. (Se repite tres veces) 


Obsequios y Ofrecimientos 

 1.- ¡Oh beatísima Trinidad!, te doy palabra de procurar con todo esfuerzo y empeño salvar mi alma, ya que la creaste a tu imagen y semejanza y para el cielo. Y también por amor tuyo procuraré salvar las almas de mis prójimos. 
 2.- Para salvar mi alma y darte gloria y alabanza, sé que he de guardar la divina ley. Te doy palabra de guardarla como la niña de mis ojos, y también procuraré que los demás la guarden. 
 3.- Aquí en la tierra, me ejercitaré en alabarte, y espero que después lo haré con más perfección en el cielo; y por esto, con frecuencia rezaré el Trisagio y la alabanza: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Y también procuraré que los demás Te alaben. Amén.

Gozos Para el Trisagio de la Augustísima Trinidad 

Dios Uno y Trino, 
a quien tanto Arcángeles, Querubines, 
Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

A Ti, inmensa Deidad, 
individua en tres personas, 
clamamos, pues nos perdonas 
nuestra miseria y maldad: 
por esa benignidad en su misterioso 
canto Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

Interminable bondad, 
suma esencia soberana, 
de donde el bien nos dimana, 
Santísima Trinidad: pues Tu divina piedad 
pone fin a nuestro llanto: 
Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

El Trisagio que Isaías escribió 
con grande celo, 
le oyó cantar en el cielo 
a angélicas jerarquías: 
para que en sus melodías 
repita nuestra voz cuanto 
Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

Este Trisagio sagrado, 
voz del Coro celestial, 
contra el poder infernal l
a Iglesia le ha celebrado: 
con este elogio ensalzado: 
que en fe y amor adelanto, 
Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

De la súbita muerte, 
del rayo, de la centella, 
libra este Trisagio, 
y sella a quien le reza y advierte, 
que por esta feliz suerte 
en este mar de quebranto, 
Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

Es el Iris que en el mar, 
en la tierra y en el fuego, 
en el aire ostenta luego 
que nos quiere libertar: 
Por favor tan singular 
de este prodigio y encanto, 
Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

Es escudo soberano, 
de la divina Justicia, 
y de la infernal malicia 
triunfa devoto el cristiano: 
y como el demonio ufano 
huye de terror y espanto, 
Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

En Tu bondad me fundo, 
Señor, Dios fuerte e inmortal, 
que en el coro celestial 
cantaré este himno jocundo; 
pues en los riesgos del mundo 
me cubrís con vuestro manto, 
 Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo. 

Dios Uno y Trino a quien tanto 
Arcángeles, Querubines, 
Ángeles y Serafines dicen: 
Santo, Santo, Santo.

Oración 

Omnipotente y Sempiterno Dios, que Te dignaste revelar a tus siervos en la confesión de la verdadera fe la gloria de Tu eterna Trinidad, y que adorasen la unidad, en Tu Majestad: Te rogamos, Señor, que por la fuerza de esa misma fe, nos veamos siempre libres de todas las adversidades y peligros. Por Cristo Señor nuestro. Amén.