sábado, 1 de marzo de 2014


Los Ángeles de la Reina del Cielo

¡La Anuciación de María!... La Inmaculada Virgen era de sobrehumana belleza, aunque de infantil humildad. Ella miraba el suelo y no veía el resplandor que salía de ella, que era deslumbrador.

El arcángel que le trajo el saludo a María, hincóse delante, y al bajar el Espíritu Santo, se echó con el rostro al suelo. Después de la Encarnación, veo a María estar de pie, con las manos cruzadas sobre el pecho: así veo a través de las manos de María en su pecho al Espíritu Santo flotando en forma de paloma.

María rezó entonces por primera vez el Magníficat, y los ángeles que habían acudido en gran cantidad, respondían.

Sobre María se veía al Eterno Padre. La Santísima Trinidad señaló a María como Hija, como Esposa y como Madre. Era un cantar sin fin en todo el Cielo.

Gabriel se hincó de rodillas y le dió desde ya el tributo y reconocimiento como Reina, en nombre de todos los ángeles. Gabriel estaba casi siempre con María. Era el elegido por la Divina Providencia y el destinado a ser el primer servidor y Ángel de la Inmaculada Reina. Éste privilegio se levanta sobre todos los coros de los ángeles y no se le puede hacer mayor tributo que agradecer a la Santísima Trinidad el haber elegido a Gabriel para anunciar a María el misterio de la Encarnación del Verbo.



Gabriel y otros Ángeles




Yo saludé a este fiel arcángel llena de contento y le pedí me presentara a mí, pobre pecadora, a la Madre del Verbo Eterno. Él me tomó de la mano y me llevó a María. Ella se volvió a mí llena de bondad y de amor; yo me hinqué a sus pies y dijo ella: ´´¿Cómo no te conoceré, o no te amaré, querida hija, si tú llevas las señales de mi querido Hijo?... Mira yo soy y seré siempre tu Madre...´´ Esto me conmovió profundamente, y empecé el Ave María. San Gabriel y mi arcangel decían: Gratia plena... y luego el arcángel de Servus Dei, que pertenece al coro de San Rafael, y el ángel Dominaciones de Deus dedit y de Adauctus, decían: Dominus Tecum.

Cuando llegaron al Benedicta Tu in muleribus, cantó todo el coro y yo también canté, y había en este canto una alegría sin fin, un contento y una felicidad que me hicieron pensar cuál sería la belleza de los coros angélicos.

Cuando estuve de nuevo sola, me encontré inundada de lágrimas y a pesar de todos mis esfuerzos, me era imposible ponerles fin. Entonces sonó el Angelus, y yo lo recé con todo afecto.


Del cuaderno espiritual que por orden de su confesor escribía diariamente la Sierva de Dios Magdalena de la Cruz, fallecida en 1919 en Munich.

QUIÉN SECA MIS LÁGRIMAS CUANDO LLORO???



 Yo seco tus lágrimas.

Acudí hoy a mis ángeles... Les he pedido que en medio de su gloria se acordaran de mis penas y sufrimientos.
Ví a mi ángel delante de mí en maravilloso esplendor. Él se inclinó hacia mí y me dijo: ´´Tú no estás sola. Mira, yo vigilo día y noche sobre ti, cuento tus suspiros, seco tus lágrimas y llevo tus plegarias delante del Señor. Y también mi hermano, el de la compañía de Gabriel, está de nuevo contigo y él te trae la fuerza que tú necesitas para llevar bien las muchas amarguras que te han de sobrevenir´´.

Vi también a mi ángel de Gabriel cerca de mi custodio. Tenía como una estola verde y en su diadema había piedras preciosas del mismo color. Mi ángel custodio tiene aún un vestido verde oscuro.
Me vino grande tristeza al verlo así: pero mi ángel me consoló y me dijo: ``¿Tú quieres amar a Jesús?
Sólo por medio del dolor podrás amar a Dios de todo corazón. ¡Anímate pues!´´

Hoy mandé mi querido ángel a mis amigos espirituales, para que los saludaran en el dulce nombre de Jesús. A mi arcángel no lo veo, a veces, pero mi fiel ángel custodio está siempre al lada mío: ¡él es tan bueno y compasivo! Aún lleva la vestidura verde y en la mano la flor de la pasión.

Al sufrir hoy tanto, me levantó en sus brazos y puso mi cabeza dolorida junto a su pecho. Entonces sentí un gran alivio y la fiebre me dejó inmediatamente. 


Del cuaderno espiritual que por orden de su confesor escribía diariamente la Sierva de Dios Magdalena de la Cruz, fallecida en 1919 en Munich.