jueves, 11 de septiembre de 2014

INVOCADME COMO PROTECTOR DE VUESTRAS FAMILIAS CONTRA EL MAL SATÁNICO Y TENED UNA IMAGEN MÍA EN CASA




Ofreced, hijos de Dios, ofreced la Preciosísima Sangre del Cordero divino por las almas, ofrecedla asiduamente, porque Él es el Salvador del mundo y sigue y seguirá salvando hasta la consumación de los siglos. Yo, Miguel Arcángel, os hablo.
 
El poder de salvación de Jesucristo, el hijo del Altísimo, es único, nadie más que Él puede salvar, pero vosotros hijos queridos de Dios, debéis ofrecer Su santísimo y sagrado Cuerpo y Su Preciosísima Sangre por esta intención. ¡Salva almas, divino Redentor! debéis decir, porque esa es Su misión, su vocación específica, salvaros cuantas veces hagan falta del pecado, del odio, de las trampas de Satanás, y de todo lo que sea un mal para vosotros y vuestra salvación. Yo, Miguel Arcángel, os hablo.

Todo aquel que me invoque y pida mi protección la tiene asegurada, porque mi misión es protegeros del enemigo mortal que no para ni descansa para poneros zancadillas, para equivocaros en vuestras decisiones, para que vayáis por caminos erróneos y os perdáis eternamente. Por eso, hijos de Dios, invocadme a menudo pidiéndome protección que esa es mi misión, la de protegeros y ayudaros contra el Maligno que tanto os odia.
 
Yo no soy salvador de las almas, solo  Cristo es el Salvador, yo soy protector vuestro, y quien acude a mí no se ve nunca defraudado. Invocadme como protector de vuestras familias contra el mal satánico, y quien pueda que tenga una imagen mía o poster en su casa. Yo, Miguel Arcángel, os hablo.



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