Cantemos hoy a los ángeles,
Custodios nuestros hermanos,
Que velan por los humanos
Y van de su bien en pos.
Ven siempre la faz del Padre
Él los ampara benigno,
Y luchan contra el maligno
En las batallas de Dios.
¡Oh espíritus inmortales!
Tenéis por reina a María,
Sois su vital letanía,
Su enamorada legión.
Por vuestro medio nos llegan
Dones y gracias del cielo,
La fe, la luz, el consuelo,
La paz y la inspiración.
Terribles como un ejercito
Bien ordenado en batalla,
Vuestra asistencia no falla
Contra la insidia infernal.
Silentes guardas y amigos,
De nuestra noche luceros,
Seréis nuestros compañeros
En la patria celestial.
La gloria a Dios que ha creado
Ejercito tan prolijo:
Que adore sumiso al Hijo,
Su rey y su plenitud,
Y que al Espíritu Santo,
Terrenos y celestiales,
Le rindan universales
Tributos de gratitud. Amen
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