viernes, 9 de mayo de 2014

SANTO ARCANGEL RAFAEL







``Medicina de Dios´´, o Flecha del Amor de Dios, desata su lucha contra el espíritu de la impureza, de la inmoralidad y de la falta de pudor. Ya en La Salette en 1846, la Virgen dijo: ``Muchísimos conventos ya no son casas de Dios, sino pastos para asmodeo´´. Con la mirada hacia la Inmaculada, bajo su protección y su ayuda nosotros llegaremos a ser puros en el cuerpo y en el Alma y venceremos el pecado de la lujuria. San Rafael es el ángel del amor, del consuelo, de la salud, de la elección. Semejante a su amor, nuestro corazón tiene que subir como una flecha al Corazón de Dios, esconderse dentro y permanecer en él anclado para siempre. San Rafael nos ayuda a distinguir el verdadero amor, del amor fugaz. El verdadero amor cubre todo con la dulzura. ``El amor todo lo cree, todo lo espera, todo lo excusa, todo lo aguanta´´ (l Corintios 13,7). El se regociga siempre en el Señor. El amor es el vínculo del Espíritu Santo que abraza al Padre y al Hijo y es Persona. Él lleva la potencia del Amor del cual todo se deriva. A él y a sus ángeles es confiado el Sacramento del Espíritu Santo, él viste una vestidura de fuego flameante de amor.
El Arcángel Rafael acompañó al joven Tobías en su viaje. Él es el patrono de los viajeros, de los caminantes y prófugos, de los médicos, de la juventud, de los esposos y de los sacerdotes. Él implora la gracia de la sabiduría, del intelecto, de la ciencia, del consejo, de la fortaleza, de la piedad y del santo temor de Dios. Hay que invocarle en las decisiones importantes, en los viajes, en las operaciones, contra elecciones equivocadas, contra alimentos y medicinas envenenadas, contra toda falta de amor. En su mano derecha él lleva el bastón de peregrino y en la izquierda el vaso del unguento. 
Su fiesta se celebra el 24 de octubre.

``Santo Arcángel Rafael,
ven con tus compañeros en nuestra ayuda.
Aumenta en nosotros tu fuerza y tu amor,
Haz que el Amor de Dios y de la Inmaculada
lleguen a ser en nosotros los vencedores del 
odio y de la impureza del mundo. Amén´´.




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